Trata de una mujer saharaui en alguno de los campamentos saharauis en Argelia; preocupada por el retraso de la ayuda internacional y por los niños y niñas que pedían algo de comer, se le ocurrió hacer una sopa con piedrecitas que había ido a buscar por allí cerca; esperaban que la ayuda lleguase al día siguiente, según les habían prometido. Mientras se hacía la sopa ella iba contando un cuento, luego otra persona contaba otro, así.... hasta que, poco a poco, los nenos iban quedando dormidos sin pensar en el hambre.
Entonces nosotros tuvimos que inventar un cuento, cuyo título fuera alguno de los que Marisa nos sugería: "El marrífago dorado", "El saltimbanqui del tiempo", " La manzana plateada", "El siempreterno", "El efecto dumlop".
Y esto es lo que hemos escrito:
LA MANZANA PLATEADA
Se dice que hay un desierto en medio del océano y que es larguísimo; supera los 6.999 km Tiene una burbuja de aire. Muchos fueron a ver el desierto pero nadie volvió. También dicen que hay tres manzanos; dos son los manzanos de la muerte y uno el de la vida. Los dos manzanos de la muerte son los de la manzana más valiosa, una manzana de oro y otra de diamante, pero el de la vida es de plata.
Un día un submarinista entró en la burbuja y fue a escoger una manzana. Iba a coger la de diamante, pero se acordó de que el dinero no compra la felicidad. Entonces eligió la manzana de plata y le dio un mordisco; esa manzana le dio la vida eterna.
Al pasar unos días volvió a la tierra y contó todo lo que había pasado, como prueba llevó la manzana. Todos probaron un mordisco muy pequeño de la manzana plateada y lo que sobró lo enterraron. Todos se hicieron inmortales, incluso el pueblo.
El pueblo estaba muy cerca del mar; el mar fue acercándose y el pueblo hizo una burbuja de aire para poder respirar, porque si la cosa seguía así se ahogarían. Así fue. El mar fue engullendo el pueblo.
En un temporal la corriente fue moviendo el pueblo y cayeron justo al lado del desierto con los manzanos de la vida y de la muerte.
FABIÁN, 16 - 09 - 2015
El siempreterno
Erase una vez un señor que estaba surcando los siete mares,en un barco pirata.Una vez le atacaron diez piratas y les robó el barco, encontró una poción mágica en un cofre, que esa poción era la de la vida eterna.
Martín
Edu, que aún estaba de vacaciones, escribió lo que quiso y nos lo mandó por Internet:
LA ISLA DE LAURA
Hace pocos años, sobre el 2 010, un niño llamado Pablo, de 12 años, de pelo negro, ojos
marrones y una estatura alta, estaba de vacaciones en Benidorm con sus padres y sus abuelos.
Casi todos los días Pablo y su padre Miguel hacían castillos gigantes de arena en la playa; Pablo
lo hacía para estar con su padre e impresionar a su amiga Laura, que tenía 12 años, pelo
negro, ojos azules, una estatura media y Pablo hacía cualquier cosa por ella.
Un día Pablo vi un barco que iba de Benidorm a una isla y a Pablo se le ocurrió llevar a su amiga
La isla era muy grande, con árboles, piscinas naturales y de una arena blanca y limpia.
Al día siguiente Pablo ya tenía dos billetes sacados para el ferri y así emprendieron su
aventura.
El ferri era gigante, de color blanco y azul, con muchos asientos a ambos lados y era tan largo
que no se veía el final y lo mejor era que los helados y la comida eran gratis. Al llegar a la isla,
les mandaron meterse en un submarino de cristal en el que se podía ver el fondo lleno de
tiburones y daba un paseo alrededor de la isla. Ella tenía miedo y se agarraba al brazo
protector de Pablo y el abrazándola le decía que estuviera tranquila mientras le sonreía.
Después de dar la vuelta a la isla, les sirvieron una estupenda comida y se comieron los
postres que servían.
Después fueron a pasear por la isla; había muchos animales y se perdieron en el
bosque porque Pablo intencionadamente se alejó del camino para hacerse el valiente. Laura
se asustó y nuevamente Pablo estaba allí para ayudarla llevándola por el camino correcto
hacia el barco y así zarparon hacia Benidorm.
Ya en Benidorm, ella le confesó que se lo había pasado muy bien y que le gustaba un poco.
Pablo, al escuchar esto, se puso muy contento y le contestó que a él también le gustaba ella y
empezaron a salir.
El padre de Laura, tenía que irse a trabajar al extranjero y Laura tendría que marcharse con él,
con lo que no podrían volver a verse. Pablo intentó por todos los medios evitar que ella no se
marchara, pero no pudo evitarlo, Este alejamiento puso a Pablo muy triste y decidió volver a
la isla para vivir allí y recordar a Laura para siempre.
Después de estos años Pablo sentado a la sombra de un viejo árbol, mira al horizonte esperando el regreso de su amada a su isla, La Isla de Laura.
Edu
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