Marisa nos dice que es un día para aprender algo de las tradiciones del lugar donde vivimos y, por eso, nos vestimos de aldeanos, y aldeanas, y nos imaginamos que vivimos hace cincuenta o más años, y nos vamos a esfoyar a casa de Paulino y Tere.
El esfoyón consiste en coger una mazorca, panoya, y quitarle casi todas las hojas dejando tres o cuatro enroscadas en la parte de atrás para poder enriestrar.
Para enriestrar se necesitan dos personas, el enriestrador, que era al que mejor se le daba y solía ser un hombre, y la apurriadora. El enriestrador podía elegir a la chica que le apurriaba, solía elegir a la que le gustaba y aprovechaban para tocarse y cosas así.
De nuestra clase la mejor enriestradora fue Nuria, Paulino dijo que era la que mejor enganchaba las mazorcas. Hay que hacerlo muy bien para que no se caigan.
La apurriadora enlazaba tres mazorcas parejas de tamaño y se las daba al enriestrador que las trenzaba en paja de centeno para colgarlas en el hórreo y que se secaran (ahora usamos un alambre). El hórreo es una especie de almacén o despensa para el maíz, la cebada, las patatas, las manzanas…
Allí estaba el alimento seguro porque los ratones no pueden llegar. El hórreo tiene cuatro patas, pegollos, que terminan en una pizarra circular, que se llama "tornarratos, e impide que los ratones puedan entrar; además la escalera de acceso no está unida al edificio.
El maíz debía durar todo el año, hasta la siguiente temporada, pues era la base de la alimentación. De vez en cuando llevaban el maíz al molino para tener harina y poder hacer pan, rapón, gorupo, papas, ...
En la tarea del esfoyón colaboraban los vecinos, mujeres, hombres y pequeños, cada cual tenía su tarea, y la casa que esfoyaba, invitaba al terminar, para agradecer el trabajo, eso se llamaba " la garulla", pero Paulino no había oído esta palabra, nos dijo que aquí decían magosto, porque siempre daban castañas asadas. A nosotros nos invitaron a chocolate. ¡Muy rico, Tere!
Era un momento de mucho trabajo pero también de juegos y risas.
Luego mayamos fabas con el "manar", así se rompen las vainas y van saliendo las fabas, en realidad saltan, y nosotros las recogíamos luego en cestas. También se hace en esta época porque es cuando las fabas están maduras y secas.
Al acabar comimos con todas las mamás y papás y abuelos y abuelas que nos quisieron acompañar.
Mientras, Mª Jesús nos asaba las castañas con un bombo. Nosotros las habíamos picado por la mañana y los nenos y nenas de infantil habían hecho cucuruchos para recogerlas y que no nos quemáramos.
Hicimos un baile, la jota de Cangas, primero todos los nenos y nenas de la escuela y luego bailaron con nosotros las mamás y los papás. Jose, el papá de Fabián tocó la melodía con la gaita. ¡Gracias Jose!
Fue muy divertido
Jugamos hasta que se hizo de noche, recogimos todo y nos fuimos.